La web de citas que alcanzó los 10 millones de usuarios sin inversión y con un solo empleado

Categorías: Análisis Startups

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Una década antes de que se pusiera de moda descartar a los ligues a ritmo de swipe gracias a Tinder, un joven desarrollador canadiense creó una web de citas en tan solo dos semanas. Nunca pensó vivir de ella. En 2003, Markus Frind solo buscaba mejorar su currículum aprendiendo a programar en ASP.NET sin tener que abrir un libro.

Sin embargo, Plenty of Fish, aquella página que diseñó apresuradamente, consiguió hacerle millonario. Su modelo de negocio era sencillo: llenar de publicidad una plataforma para pescar pareja. Los usuarios no tendrían que pagar por flirtear virtualmente, sino que los beneficios vendrían de Google AdSense.

Cinco meses después, Frind ganaba miles de dólares mensualmente gracias a esta sencilla idea. A los cinco años, Plenty of Fish tenía unos beneficios netos de diez millones de dólares anuales (10 millones de euros actuales teniendo en cuenta la inflación) y el servicio de era ya un éxito en Canadá y Estados Unidos. La modesta plataforma de dating de Frind logró cuadruplicar el tráfico de la pionera Match en aquel momento y se consagró como la web de citas con más usuarios de Estados Unidos.

MatchLo más curioso es que Frind lo consiguió trabajando diez horas a la semana y sin salir de su apartamento de Vancouver en busca de inversores. “En el momento que descubrí lo que eran los inversores de capital riesgo, ya estaba haciendo millones en beneficios y no veía la necesidad de recaudar dinero porque no sabría qué hacer con él”, ha asegurado Frind años después.

Un exitoso ejemplo de bootstrapping

Así que en lugar de levantar rondas de financiación, la compañía siguió creciendo por sí misma. Todo un ejemplo de bootstrapping exitoso: huyendo del modelo de aceleración propio de la mayoría de startups, Plenty of Fish navegó por la cuenta y riesgo de su fundador.

Es más, en la empresa trabajó únicamente el propio Frind durante un lustro. Fue aprendiendo por sí mismo todo lo que necesitaba para mantenerla a flote: se encargó del marketing, del modelo de negocio y del producto.

Contrató al primer trabajador cuando la web tenía diez millones de usuarios registrados, 1.200.000 de ellos activos, para que se encarga de responder a las quejas sobre identidades fraudulentas que comenzaban a acumularse en su plataforma de flirteo.

Ni siquiera este emprendedor canadiense revisaba las 50.000 imágenes que se subían cada día a la plataforma para verificar los perfiles o comprobar que no se le colara ningún desnudo. Los usuarios, voluntariamente, se encargaban de esa tarea.

“En el momento que descubrí lo que eran los inversores de capital riesgo, ya estaba haciendo millones en beneficios” Markus Frind

En 2012, mientras Tinder daba sus primeros pasos, Plenty of Fish llegó a ser la única empresa que había seguido la filosofía del bootstraping incluida entre las cien tecnológicas más valoradas del mundo según Business Insider . Por entonces, su valoración estimada era de 168 millones de dólares (155 millones de euros).

“Cuando tienes solo una o dos personas trabajando en el producto desde el comienzo hasta el final, es muy fácil identificar dónde va bien y dónde va mal y también es fácil identificar lo que está impulsando el crecimiento y cómo incrementarlo”, ha defendido Markus Frind para explicar la receta de su éxito. Este canadiense está convencido una empresa solo debe recaudar fondos cuando tiene bien definido su producto, y cuantas menos personas trabajen en definirlo en un primer momento, mejor será el resultado.

Lógicamente, su consejo no se puede seguir al dedillo. Su plataforma creció como la espuma sin que él se esforzara demasiado. De hecho, la web que programó no era ninguna maravilla. Su diseño dejaba bastante que desear e incluso deformaba las imágenes de los propios usuarios.

Este emprendedor por casualidad salió al paso de las críticas alegando que se trataba de un problema “trivial” que a nadie molestaba. El dinero le seguía cayendo al cielo simplemente manteniendo su modelo de negocio, así que poco parecía importarle que le tacharan de cutre o que le acusaran de no mimar a los clientes. Prefería invertir en que la página apareciera en videoclips como en el famoso Telephone de Lady Gaga.

El pez pequeño que sedujo al gigante

Frind comenzó a necesitar cada vez más manos, tanto para la web como para su app. A mediados del año pasado, 75 personas trabajaban en Plenty of Fish para dar servicio a 100 millones de usuarios registrados y 3,6 millones de usuarios activos. La página, que adaptó el modelo freemium (se incluyeron algunas opciones de pago) y está disponible en cinco idiomas, ha contribuido, según el canadiense, a que nazcan más de un millón de bebés.

Fue entonces cuando Match Group, filial de la multinacional IAC y propietaria de la propia Match.com, además de Tinder y OkCupid, decidió que Plenty of Fish pasara de ser un competidor a una más de sus plataformas. Con sus 50 webs de citas y un 20% del mercado, IAC decidió comprar este popular servicio por 575 millones de dólares (515 millones de euros) hace unos meses.

Markus Frind continúa al frente de la compañía que ha logrado vender por una escalofriante cifra al grupo que posee la segunda app de citas más descargada del mundo, Tinder. No le ha ido nada mal teniendo en cuenta que nunca pensó que esa web pudiera convertirse en un negocio ni tampoco quiso que nadie le echara una mano para que creciera.

Fotos: Thomas Leuthard en Flickr (Licencia Creative Commons) y Plenty of Fish.

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