Cinco señales de que tu startup puede estar a punto de morir
Categorías: Startups
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Uno de los mayores problemas que tiene emprender es que, a menudo, vas con una velocidad tan sumamente alta que no te da tiempo a ver lo que te viene. Sobre todo si es algo malo.
Porque claro, entre sacar adelante el producto/servicio, salir a vender, coordinar al equipo, atender las tareas del día a día… A veces el peligro de que tu startup se tambalee es demasiado alto. Y lo peor, sin duda, será que no te estés dando cuenta.
Hay algunas señales que son más que evidentes: que tu facturación caiga, que tus actuales socios empiecen a desconfiar de ti, que no crezcas tan rápido como esperabas, que no consigas financiación… Todos ellos son factores de los que te percatarás enseguida, pero hay otras señales que, aunque también estén apuntando hacia un posible fracaso, son más difíciles de percibir.
Son algunas de las siguientes:
1.- Estás pivotando demasiado
Todos sabemos que, sobre todo en el sector digital, que una empresa pivote es medianamente normal e incluso positivo. Porque si estás haciendo un buen trabajo y lo que tarda en llegar son los ingresos, ¿por qué no plantearse si hay que cambiar el modelo de negocio?
En ese caso, pivotar puede ser una buena alternativa para tu startup… pero tampoco tiene por qué ser la panacea. Porque cambiar tu modelo de negocio puede estar bien, pero cambiarlo tres veces en un mismo año… quizá sea una señal clara y evidente de que se aproxima tu final. Si últimamente estás pivotando más de lo esperable… ojo, algo pasa.
2.- Has perdido clientes recurrentes
Es una de las mayores obsesiones –y de las más lógicas– de toda compañía: conseguir clientes (o usuarios que, aunque sea de manera indirecta, generen ingresos). Sin embargo, si estás emprendiendo en internet y lo que ofreces es un servicio que tus usuarios puedan necesitar con cierta frecuencia, seguramente estés familiarizado con un sencillo concepto: el de cliente recurrente.
Y perder clientes recurrentes, amigo mío, casi nunca es un buen síntoma. Porque conseguir clientes ocasionales o momentáneos es una tarea medianamente sencilla (incluso puedes pagar por ellos, y sabes que no es muy caro), pero si aumentas el número de clientes que pueden largarse en cualquier momento y además empiezas a perder a los que eran recurrentes… ojo, algo pasa.
3.- Tienes mucha rotación entre empleados
Todos los emprendedores, sin excepción, hablan siempre de la importancia de su equipo humano. Pero, ¿realmente lo valoran? Que una startup tenga rotación de empleados puede ser medianamente frecuente aun teniendo un equipo reducido, ya que nunca sabes en qué momento uno de tus trabajadores será fichado por una grande, o montará su propio negocio, o será tentado por otra startup…
Sin embargo, una frecuente rotación de empleados casi nunca será una buena noticia. En primer lugar, porque quizá tu compañía no funcione de manera tan automática como para poder estar sustituyendo piezas constantemente. Y en segundo, porque quizá esa rotación no diga nada bueno de ti como jefe. Si cambias de empleados más que de camisa… ojo, algo pasa.
4.- Las críticas en internet aumentan peligrosamente
Seamos sinceros: que tu startup tenga críticas en internet no tiene por qué ser (demasiado) relevante. De hecho, es medianamente probable que el que te critique lo haya hecho con la misma gratuidad y frivolidad con la que comparte una foto de gatitos, y su crítica no tendría por qué afectarte en absoluto.
Sin embargo, que internet esté lleno de cuñados-sin-nada-mejor-que-hacer-que-criticar no quiere decir que estos no puedan meterte en un buen lío. Porque un cuñado difícilmente hará daño, pero cien cuñados… ay, amigo, esos pueden meterte en un buen lío. Si tu empresa cada vez tiene más críticas en internet, incluso aunque sean injustas o falsas… ojo, algo pasa.
5.- Empiezas con las excusas
Caray, parece que la gente es que lo quiere todo gratis, ¿eh? Por eso no ha funcionado tu versión freemium. Además, varios inversores han pasado de tu startup totalmente, luego bien que se les llenará la boca diciendo que quieren invertir en los innovadores… Y, para colmo, esa gran compañía que iba a comprar tus servicios al final ha decidido no gastarse un duro; caray con las grandes, cómo les gusta hacernos perder el tiempo…
Copón, es que parece que entre todos se han puesto boicotearte, ¿eh? Pues… seguramente no. O puede que sí, quién sabe, a lo mejor realmente estás teniendo la peor suerte del mundo. En cualquier caso, nada de eso importa: lo que importa es que tu startup se está yendo por el barranco… y no estás haciendo gran cosa, más allá de quejarte. Si los resultados no cuadran y tu frustración no hace más que aumentar… ojo, algo pasa.
Imagen: z Q (Licencia CC).