Y tú, ¿eres emprendedor o empresario?
Categorías: Análisis Comunidad
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Y dime, ¿tú qué eres? ¿Emprendedor o empresario?
Sí, en efecto, vamos a abrir ese melón. Un melón que a veces puede resultar un tanto cansino, es verdad, pero que a menudo conviene volver a sacar porque quizá sí merezca la pena debatir (que no discutir) si hay diferencias entre emprendedores y empresarios y, en caso de haberlas, cuáles son esas diferencias.
Al final, el hecho de ver o no diferencias puede depender tanto de tus ideas empresariales como de las sociales o políticas, pero lo cierto es que el debate es pertinente. Y, en este análisis, hemos encontrado posibles diferencias desde cuatro puntos de vistas diferentes. Son los siguientes:
1.- EL EUFEMISMO
Seguramente esta sea la corriente de opinión que menos gracia te haga. Para un grupo de gente (más o menos numeroso), esto del emprendedor no es mucho más que un eufemismo para referirse al empresario de toda la vida. Ante los matices semánticos de la palabra empresario, que muchas veces no han sido precisamente positivos, la palabra emprendedor surge para dulcificar esa visión.
Reconócelo: algo de verdad hay. No es que vayamos a criminalizar al empresario, por supuesto, pero reconoce que tú también te cabreas cuando en el telediario ves a según qué señores, que han hecho según qué cosas, que están imputados por según qué cuestiones… y que sus defensores se refieren a ellos como “grandes emprendedores”.
Seguramente esta visión del emprendedor como eufemismo del empresario no sea la más acertada de todas, pero oye, su pizca de razón quizá la tenga.
2.- LA TRAYECTORIA
Aquí empezamos con los matices económicos interesantes. Recuerdo cuando un día un emprendedor, con bastante cachondeo, me dijo: “Estoy hasta las narices de ser emprendedor. Yo lo que quiero es ser empresario”. ¿A qué se refería este tipo? A esa visión (exagerada, sí, pero graciosa), de que el emprendedor es el chavalito que monta algo y gana cuatro duros (si es que los gana), mientras que el empresario está mucho más consolidado… y claro que gana dinero.
Más allá de humor, esta visión puede tener algo de cierto, ya que se relaciona al emprendedor como un ‘iniciador’, mientras que el empresario ya es alguien consolidado a quien ‘sólo’ le basta con mantener lo que creó en su momento. Y esta visión está muy relacionada con la tercera.
3.- EL MODELO
Cuando alguien se pone medianamente en serio a divagar sobre las posibles diferencias semánticas o económicas entre emprendedores o empresarios, llega a este punto.
Y es este punto en el que se dice que, quizá, el emprendedor es una persona que crea algo de cero, de manera más o menos innovadora, solucionando un problema de manera más o menos inédita, haciéndola crecer y quizá dándole un ligero toque personal. Es decir, que si sustituyésemos a un emprendedor por otro, la empresa y el producto cambiarían sustancialmente.
El empresario, sin embargo, sería el gestor de una empresa, el que hace que las cuentas salgan adelante, el que mantiene el barco a flote.
Desde este punto de vista, todo emprendedor es empresario, pero no todo empresario es emprendedor, ya que un empresario puede haber heredado una empresa, puede ser un mero gestor… o incluso puede ser el CEO al que ficha el emprendedor cuando la compañía ha crecido y necesita ser dirigida por un perfil profesional distinto.
4.- ¿DIFERENCIAS? ¿QUÉ DIFERENCIAS?
Si nos ponemos tiquismiquis, quizá la tercera visión sea la más aceptada por todos. Pero si nos dejamos de debates interminables y nos centramos en lo importante, todos nos haremos una pregunta: ¿Diferencias? ¿Qué diferencias?
Porque oye, al final, ¿esto de qué se trata? ¿De construir una teoría filosófica o de construir una compañía rentable? Si nos atenemos a esta visión, dejemos las tonterías a un lado: llamémoslo emprendedor, empresario o como nos dé la real gana, que al final estaremos hablando de la misma persona: aquella que lucha por sacar adelante un proyecto empresarial. Ni más… ni menos.
Imagen: Ryan McGuire (Licencia CC).