¿Crecimiento lento o explosivo? ¿En qué prefieres invertir?
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Hace poco leímos una entrevista que nos gustó mucho: la que hicieron en Hipertextual a José Cabiedes, socio de Cabiedes & Partners, uno de los fondos de inversión más veteranos y experimentados de internet en España.
En la entrevista, Cabiedes daba algunas de las claves que ayudan a comprender los criterios de inversión que siguen desde su fondo: desde el análisis de la startup, el mercado, las posibilidades de impacto… hasta llegar a la inversión (o no) final.
De entre todas las claves expuestas, hay una en la que queremos detenernos hoy: el crecimiento:
“Está el modo clásico de búsqueda de la rentabilidad, sin dependencia de las rondas futuras… con un crecimiento que tiene que ser sano, pero no explosivo. Y luego está precisamente el explosivo, que cada vez estamos viendo más en España, y en ese nosotros no jugamos”. (José Cabiedes)
Y es que, al final, esa es una de las grandes diatribas que se plantean tanto los emprendedores como los inversores antes de apostar por un proyecto. Pero antes de llegar a ese punto, quizá nos convenga dar un paso atrás para explicar un par de conceptos.
¿VIABILIDAD O ESCALABILIDAD?
Cuando hablamos de inversión en startups, hay dos conceptos que no tardan en aparecer: viabilidad y escalabilidad. Pero, ¿a qué nos referimos con cada uno?
- Viabilidad. La viabilidad es la capacidad que tiene una empresa de ser sostenible. Hablando en plata: de ingresar más de lo que gasta y de que, a final de mes, los números salgan en positivo. Nos referimos a empresas que, por definición, tienen que ser lo suficientemente rentables como para dar de comer a todos los que trabajan en ella. No tienen, por tanto, la misión de ser escandalosamente millonarias, sino nada más (y nada menos) que rentables.
- Escalabilidad. La escalabilidad, sin embargo, juega en otra liga. En este caso, nos referimos a empresas que no sólo pretenden ser rentables, sino que, de hecho, lo que buscan es multiplicar sus ingresos sin tener por qué multiplicar sus gastos. Es decir, que si estás ganando X y gastando Y, no necesites gastar 3Y para ganar 3X. En definitiva, se trata de intentar que tus ingresos aumenten de manera significativa… sin que también lo hagan tus gastos.
Y ahora, ¿cuáles crees que prefieren los inversores? Exacto: las escalables (a las que, de hecho, suelen llamar invertibles).
Vale, ahora que lo tenemos claro, avancemos en el debate: dentro de las escalables, ¿cuáles son las que prefieren los inversores? ¿Las que tienen un crecimiento lento o las que crecen de manera más explosivo?
Pues, en realidad, no está tan claro. Porque, así como es evidente que en el debate viable-invertible la balanza es evidente, en este caso no lo es tanto. Dependerá de muchos factores, pero, sobre todo, del modelo que más le guste al inversor según su propia idiosincrasia.
Si eres inversor, quizá te interese conocer las ventajas y desventajas de cada modelo. Por el contrario, si eres emprendedor, seguramente quieras conocer las posibles opiniones que un potencial inversor tendrá ante tu startup según tu modelo y según sus propias características.
CRECIMIENTO LENTO
Ventajas:
- Menor necesidad económica. Seguramente sea su mayor ventaja. Lo bueno de este tipo de compañías es que van creciendo de manera sostenible, ordenada, con ingresos en caja y con un modelo de rentabilidad económica desde el minuto cero. Por ello, sus necesidades económicas no serán (tan) necesarias y sus búsquedas de rondas de financiación no serán (tan) frecuentes.
- Tranquilidad para los inversores. Para muchos inversores, meter dinero en una startup acaba siendo una ruleta rusa: hoy estás arriba, mañana estás abajo, pasado mañana te vuelves a levantar, a la semana siguiente caes de nuevo… Sin embargo, este tipo de compañías, al crecer de manera lenta pero ordenada, les otorgan un plus de tranquilidad.
- Tranquilidad para el emprendedor. Si hay tranquilidad para el inversor, obviamente, también la habrá para el emprendedor. Sobre todo porque, al no estar inmersos en la vorágine del crecimiento exagerado, tendrá más tiempo para evaluar sus progresos, ver qué cosas se están haciendo bien, cuáles se están haciendo mal, hacer pruebas, etc.
- Menor riesgo. Al final, lo bueno de este tipo de startups es que, al tener un crecimiento esperablemente lógico, implican un riesgo mucho menor para sus inversores.
Desventajas:
- Desinversión más lenta. Si tenemos en cuenta que el crecimiento de la compañía va a ser ordenado pero lento, las posibilidades de ejecutar una desinversión en la startup (que al final es lo que busca todo inversor) son mucho más lentas, ya que el aumento del valor y el interés por parte de otros inversores tardarán más en llegar.
- Menor desinversión. Partimos de que tanto las empresas de crecimiento lento como las de crecimiento explosivo aspiran a ser escalables, pero, por definición, parece evidente que las segundas tendrán más opciones de devolver un buen múltiplo a sus inversores. Y es que, al experimentar un crecimiento rápido, los potenciales nuevos inversores tendrán más interés en entrar y se rascarán más el bolsillo.
- Menor pelotazo. Hablemos de ese término tan admirado como denostado: pelotazo. Si lo miramos desde el prisma positivo (el de la compañía que crece rapidísimamente en posibilidades de triunfo), las startups de crecimiento sostenible siempre tendrán menos posibilidades de pegar ese petardazo.
CRECIMIENTO EXPLOSIVO
Ventajas:
- Mejor desinversión. Si las cosas van como deberían ir, lo bueno de este tipo de compañías es que su desinversión siempre será mejor para sus inversores, tanto en términos de rapidez (los nuevos interesados no tardarán en aparecer) como en términos de múltiplos (su potencial crecimiento atraerá una mayor cantidad de dinero).
- Posibilidad de pelotazo. Todos conocemos ejemplos de este tipo: empresas que, aun sin facturar un euro, tienen un valor potencial de millones de euros. Y es que muchas veces los pelotazos no (sólo) dependen de la realidad de la compañía, sino, sobre todo, de su potencial.
Desventajas:
- Mayor necesidad económica. Lo malo de las startups de crecimiento explosivo es que, por desgracia, necesitan un gasto de dinero mucho mayor de lo normal. Por ello, el dinero se irá quemando mucho más rápidamente, con lo que la necesidad de sucesivas rondas de financiación será cada vez más frecuente. Y en ese momento, acabarán dependiendo de que los inversores confíen (o no) en ellas.
- Menor tranquilidad. Lo bueno de estas compañías es que, si todo sale bien, saldrá muy bien. Sin embargo, es probable que, por el camino, el emprendedor y sus inversores se hayan vuelto adictos a la tila, debido al gran nivel de incertidumbre que implican este tipo de apuestas.
- Mayor riesgo. Al final, las startups de crecimiento explosivo siempre implican un factor de riesgo muchísimo mayor. Y esto no tiene por qué ser malo (para eso estamos aquí, ¿no?), pero conviene tenerlo siempre en cuenta.
Ahora que ya tienes toda la información, qué, ¿crecimiento lento o explosivo? ¿Por cuál apuestas tú?
Foto: Brian Talbot (Licencia CC).