Emprendedor, tu startup no es innovadora (y no pasa nada)
Categorías: Startups
emprendedorinnovacióninversoresstartups
Startupxplore invierte en empresas tecnológicas y escalables y está enfocada en apoyar a los emprendedores. ¡Nos encantaría conocer tu empresa! Echa un vistazo a nuestros criterios de inversión, y si crees que tu proyecto encaja, por favor rellena este formulario.
En el discurso emprendedor hay una palabra que se repite de manera –quizá– demasiado machacona: innovación. Piénsalo: si eres emprendedor, ¿nunca has dicho que tu empresa es innovadora? Y si eres inversor, ¿cuántos de los pitchs que te llegan incluyen esa palabra?
Incluso a los periodistas nos encanta. En muchos artículos es la palabra más repetida, con lo que al final, cuando una startup nos escribe, entre los diversos lugares comunes que incluye en su nota de prensa (“el Uber de”, “va a revolucionar el sector de”…), la innovación siempre ocupa un lugar privilegiado.
Siento ser el outsider en todo esto, pero yo lo tengo claro: emprendedor, tu startup no es innovadora. Igual sí lo es, ojo, pero lo más probable es que no lo sea, las probabilidades son realmente escasas. ¿Y sabes qué? No pasa absolutamente nada. Por estos cinco motivos:
1.- ¿QUÉ ES INNOVACIÓN?
Abordemos este asunto: ¿qué es exactamente la innovación? ¿A qué nos referimos cuando decimos que una compañía ha innovado? El criterio siempre va a ser subjetivo, pero caray, ¿no puede ser que hayamos prostituido demasiado la palabra? ¿En serio cualquier cosa es innovación? Si has cogido un negocio físico y lo has llevado a internet, ¿eso es innovación? O si has hecho lo mismo que hacen otras diez empresas añadiendo un par de cosas, ¿estás innovando?
Ojo, igual sí lo estás haciendo, dependerá de cada circunstancia concreta. Pero en cualquier caso, ¿qué índice de calidad le vamos a dar a la palabra innovación si cada cosa novedosa ya es innovadora? ¿Qué pensará de tu innovación la empresa de tecnología sanitaria que desarrolla una máquina que disminuye en un 20% los efectos de la quimioterapia, por ejemplo? ¿Qué pensarán los investigadores que se tiran 20 años haciendo cálculos hasta que dan con su gran hallazgo?
2.- NO TIENES POR QUÉ INNOVAR
Esta frase se ha dicho muchas veces, pero no por ello ha perdido ni una pizca de validez: emprender no tiene por qué ser crear o inventar algo nuevo; la mayoría de las veces es coger algo que ya existe y ver si puede funcionar mejor. Nada más… y nada menos.
No hay nada de malo en querer ir varios pasos más allá, ¿cómo va a haberlo? Pero en serio, no tienes por qué reinventar la rueda. Ni tus inversores, ni tus socios, ni tus empleados, ni tu familia te pedirán eso: bastará con que saques adelante una empresa (casi nada).
3.- IDEA VS EJECUCIÓN
Si eres emprendedor o inversor ya te sabes este debate de memoria. ¿Qué es mejor, la idea o la ejecución? A menos que trabajes con una tecnología muy concreta o medianamente patentable, te decantarás por la ejecución.
Y, ¿es posible innovar en la ejecución? Claro, pero la mayoría de aparentes innovadores suelen vender esa innovación en la idea. Y la idea, ya lo sabes, vale lo justo: ¿era necesariamente crear una red social tras Myspace o hacer un teléfono inteligente tras otros fabricantes? No. Ahora bien, ¿fue innovador ejecutar un diseño y una estrategia como la de Facebook, o crear un concepto y una experiencia de uso como la del iPhone? Sí, por supuesto que sí.
4.- TU OBJETIVO: SER RENTABLE
Esto es una obviedad, pero por Dios, no la olvidemos. Cuando montas tu startup puedes estar encantado de la vida si consigues llevar la tecnología varios pasos más allá y ser innovador, pero sabes de sobra que no es absolutamente necesario.
Salvo cosa rara, tu startup tiene una única misión imprescindible: ser rentable. Y eso ya es mucho. Si por el camino consigues innovar, genial; si no, no pasa nada. Que la gente te diga que tienes que ser innovador está muy bien, pero ante todo, lo sabes mejor que yo, tienes que conseguir ganar dinero y ser rentable.
5.- LOS CADÁVERES INNOVADORES
La innovación tiene una imagen fantástica, eso es evidente, por eso todos recurren a ella como eslogan. Sin embargo, también tiene un grave riesgo que quizá conozcas de sobra: adelantarte a tu tiempo. ¿Cuántas veces has visto una startup o tecnología que era, fabulosa, pero que claramente había llegado demasiado pronto? ¿Cuántas startups se han ido al cementerio emprendedor con ideas revolucionarias… que habían llegado varios años antes de ser necesarias?
Imagen: Ryan McGuire (Licencia CC).