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Grandes empresas y startups: un romance tardío (pero cada vez más frecuente)

Categorías: Análisis

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En España llevamos varios años hablando de la importancia de las startups a la hora de crear riqueza y, sobre todo, innovación.

Porque todos tenemos medianamente claro que una empresa de internet no va a solucionar el problema del desempleo, ya que su puro factor escalable le evita esa responsabilidad, pero parece evidente que las pequeñas compañías tecnológicas van a tener un protagonismo cada vez más mayor en nuestra economía y nuestro tejido productivo.

Pero para que esto pase, las startups necesitan una inevitable pareja de baile: las grandes empresas. Cada una tiene su modelo y su propia idiosincrasia, pero su unión parece inevitable si queremos crear un modelo empresarial que conjugue lo mejor de los dos mundos, por dos motivos básicos:

Las mejores economías del mundo tienen este matrimonio más que establecido (véanse los ejemplos de Estados Unidos/Silicon Valley e Israel).
Relacionarse con las startups es la mejor forma de que las grandes compañías tengan cerca un punto de innovación y de hacer las cosas de una manera diferente.

Pero, ¿cómo debe establecerse esta relación? Parece que las startups están deseando que esta relación llegue a buen puerto, pero, ¿de qué manera pueden actuar las grandes corporaciones para establecer una relación sana y duradera? En nuestra opinión, el romance puede establecerse en tres fases:

RELACIÓN COMERCIAL
Para empezar, parece lógico que las grandes corporaciones empiecen haciendo uso de los servicios de las startups. Es decir, que sean sus clientes. Y esta propuesta, que tan rara puede sonar en España, no lo es en absoluto en otros países. El mejor ejemplo es el de Silicon Valley, donde las grandes empresas procuran estar lo más cerca posible de las pequeñas, ya que saben de sobra que ellas son mucho más ágiles, más disruptivas e innovadoras y con una mejor visión sobre las tendencias tecnológicas a corto y medio plazo.En España, por desgracia,parece que este modelo no acaba de arrancar. A día de hoy, la mayor parte de las grandes compañías siguen huyendo de las startups como el que huye del teleoperador plomo o de la azafata que quiere encasquetarnos sepa Dios qué tarjeta de crédito.Sin embargo, hay una diferencia: puede que el teleoperador plomo o la azafata de la tarjeta no tengan el producto más innovador del mundo, pero, ¿y la startup? Pues oye, habrá de todo, como en cualquier sitio, pero son ya varias las grandes empresas españolas que en su momento pasaron despectivamente de pequeñas startups que ahora venden en medio mundo.

Y ese es un lujo que quizá (sólo quizá) no deberían poder permitirse

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RELACIÓN DE COMPRA
A todos nos ha pasado: se nos acerca alguien que quiere vendernos un producto que acaba de nacer y que dice ser revolucionario, pero acabamos ignorándolo. Y quizá con el tiempo resulte que llevábamos razón, pero también puede pasar lo contrario: que ese producto crezca más que nadie y, cuando queramos comprarlo, su precio sea mucho mayor que cuando nos lo ofrecieron por primera vez. Y nos jode, pero vamos a tener que pagar más.Eso es lo que les pasa con cierta frecuencia a las grandes empresas. Y su postura puede ser medianamente lógica, ojo, ya que seguro que a diario reciben multitud de ofertas que no pueden gestionar y acaban rechazando. Pero claro, cuando resulta que esa pequeña empresa a la que ignoraste no sólo empieza a crecer, sino que también parece estar comiéndote la tostada, ¿qué puedes hacer? Fácil: comprarla. Y esta es una operación que ocurre a diario en Estados Unidos o en Israel. Y en España sucede poco, pero ya existen algunos ejemplos y el número no va a parar de crecer.
RELACIÓN DE SIEMBRA
Una vez que gran parte de las grandes compañías se dan cuenta de que gran parte de su innovación llegará a través de las startups (y tras haberse convencido a base de firmar cheques), llega otra de las fases más importantes: cuando se convencen de que el talento no (sólo) hay que comprarlo, también se puede sembrar.

Por eso, cada vez son más las grandes corporaciones que apuestan, de un modo u otro, por ir sembrando su propio huerto de talento. Porque si las mejores startups del mundo pueden crecer casi en cualquier sitio, ¿por qué no intentar que nazcan justo a tu lado? Así tendrás un doble beneficio: por una parte, puedes integrar dicha empresa dentro de tu compañía, agilizando los procesos e incorporando un importante grado de innovación. Por otra parte, si la startup va bien, a tu compañía también le irá muy bien.

ASÍ SE ESTÁN STARTUPIZANDO LAS GRANDES EMPRESAS ESPAÑOLAS

Como decíamos antes, el proceso de startupización de las grandes empresas españolas está siendo mucho más lento de lo que a todos nos gustaría. Sin embargo, lo cierto es que el número de iniciativas y propuestas no para de crecer, y seguramente sea mayor de lo que crees.

Si quieres conocer las iniciativas que las grandes están llevando a cabo en este sentido, aquí te dejamos algunos (sólo algunos) ejemplos: