Imitar a startups extranjeras no siempre es buena idea: ¿qué modelos funcionan en España y cuáles no?

Categorías: Startups

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Quizá no se suela contar, pero todos lo habéis hecho. No mintáis: cuando habéis querido montar un negocio y no teníais las ideas muy claras, lo habéis pensado: “¿Qué estará triunfando en Silicon Valley?

Y claro, te vas a Techcrunch y miras qué startups extranjeras están triunfando en Estados Unidos o en otros países. Y ojo, que esto no está mal, pero tiene su punto de vista positivo y negativo:

  • El positivo. No intentemos reinventar la rueda: muchas veces emprender consiste en coger algo que ya existe y ver si puede funcionar mejor, o en ver algo que está funcionando en otro país e implantarlo en España. Es así y no pasa nada por reconocerlo.
  • El negativo. Si el éxito de un negocio sólo dependiera de lo buena que es la idea, todos seríamos millonarios. Como sabes, imitar/importar una idea no tiene por qué funcionar.

Y si no, mira estos ejemplos. Son sólo algunos de los modelos extranjeros que no por venir a España tienen por qué funcionar:

“En España la cultura es muy distinta a la de EEUU. El americano está totalmente acostumbrado a pagar por servicios de entrega de productos, pero en España la gente se ha acostumbrado a pasar por el supermercado antes de ir a casa. Además, la logística de este tipo de empresas es muy cara: o tienes mucho dinero detrás, o una masa de usuarios muy grande… o es muy difícil hacer rentable un modelo así”.

A todo esto hay que sumarle el problema del nicho de población. Con unos márgenes tan bajos, ¿puede ser rentable un negocio así si no tiene muchos clientes? Quizá, pero de entrada es mucho más complicado que en otros países.

  • Sectores muy regulados. Siempre hablamos del taxi frente a los Uber y Cabify, pero también podemos hacerlo del turismo, el alojamiento, la compra de medicamentos o recetas online… ¿Pueden triunfar este tipo de negocios en España si se suscriben a un sector en el que la competencia no es tan sencilla? Podrán llegar multinacionales con mucho dinero y mucho tiempo para intentar ser rentables, pero, ¿podría nacer algo en España y que consiga ser sostenible económicamente?
  • Crowdfunding. El equity crowdfunding para financiar rondas de financiación de startups ha ido avanzando progresivamente en España en los últimos años. Sin embargo, en el caso del crowdfunding general la cosa es distinta: mientras en países como Estados Unidos se desarrollan inventos o productos tecnológicos, en nuestro país lo que prima son los proyectos de ámbito cultural o artístico. Y si un español tiene un producto de gran alcance, suele recurrir a webs de crowdfunding norteamericanas.
  • Recruiting en startups. Silicon Valley es el paraíso de las startups y la mayor concentración de talento tecnológico del mundo, con lo que las plataformas de recruiting y empleo para este tipo de compañías está en auge. En España la cosa está más complicada: las plataformas sabrán si pueden ser rentables o no, pero lo cierto es que es un sector mucho más reducido.

Los de antes son sólo algunos ejemplos, pero ya nos van dejando algunas pistas. ¿Qué factores influyen en que un modelo extranjero pueda triunfar (o no) en nuestro país? ¿Qué debe tener en cuenta un emprendedor español antes de importar un modelo de negocio que esté triunfando en otros mercados? Hay varios elementos a tener en cuenta:

1.- POBLACIÓN

Parece bastante evidente: el tamaño de la población a la que te dirijas va a ser crucial a la hora de que tu startup pueda salir adelante… o no.

Y es que no es lo mismo que tus usuarios potenciales sean 47 millones de personas (España) o 318 millones (Estados Unidos). Este factor debe ser tenido en cuenta en cualquier tipo de negocio, pero, sobre todo, en aquellos en los que los márgenes de beneficio son medianamente escuetos. Si tienes un ecommerce cuyos productos tienen poco margen, necesitarás muchas transacciones. Si eres un marketplace o funcionas mediante comisión, tres cuartos de lo mismo.

2.- MERCADO

Hay una posible vía de escape al posible problema de la escasa población: la probabilidad de que el mercado pueda aumentar.

Y aquí los españoles tenemos buenas noticias: quizá nuestra población no sea precisamente la de mayor volumen, pero si ampliamos el mercado veremos que al otro lado del Atlántico, en Hispanoamérica, nos espera una enorme comunidad de nada menos que 400 millones de personas. No será (nada) fácil llegar a todos ellos, ya que cada país tiene su propio mercado y su propia idiosincrasia, pero la ventana que se abre es más que interesante.

3.- VISIBILIDAD

En ocasiones se lanza una pregunta al aire: ¿por qué una startup que tiene los recursos y la financiación disponibles en su país decide instalarse en Estados Unidos o, más concretamente, en Silicon Valley? Si no necesita acceder a los inversores de allí, ¿por qué va a trasladarse a un país mucho más caro que el suyo?

La razón, en realidad, es sencilla: la visibilidad. Si te vas a Estados Unidos, estarás en el primer foco mundial en cualquier ámbito; y si te vas a Silicon Valley, sabrás que medio mundo está mirando para allá. Eso no te garantizará nada de cara a tu posible futuro empresarial, pero de entrada ya tendrás una buena posición geográfica.

En el caso de Estados Unidos parece evidente, pero hay otro ejemplo aún más clarificador: Israel. No se trata de un país precisamente atractivo a nivel social, pero medio mundo está mirando a las startups que nacen allí. Tener –por ejemplo– una empresa de software y estar instalado en Israel te colocará también en un epicentro emprendedor con mucha más visibilidad que el que existe en otros países.

4.- CULTURA

Lo decía antes Javier Cortés, de Instacart: el ciudadano americano está muy acostumbrado a delegar ciertas tareas que no le aportan gran cosa, como la compra y el delivery en general; los españoles, sin embargo, estamos más acostumbrados a pasar por el supermercado de camino a casa.

Y es que los aspectos culturales siempre deben ser tenidos muy en cuenta: si en España no estamos tan acostumbrados al delivery, a una startup de este tipo le costará más ser rentable. Pasará lo mismo en sectores tan variopintos como el recruiting laboral, el uso del coche (cuya cultura ahora sí parece estar cambiando), las compras online, los préstamos para universitarios (en Estados Unidos está a la orden del día, aquí no), la subcontratación de servicios sanitarios (en España hay sanidad pública) o la externalización de ciertas labores cotidianas (lavado de ropa, etc.). Antes de montar una startup, tendrás que hacerte la gran pregunta: ¿los ciudadanos de mi país suelen recurrir a estos servicios tanto como los de otras zonas?

Imagen: Riccardof (Licencia CC).

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