Emprendedores desde el ‘cole’: cómo hacer que los niños sueñen con fundar ‘startups’

El germen de cualquier proyecto emprendedor es una idea. Y para tener ese imprescindible momento eureka hacen falta imaginación y creatividad, dos requisitos abundantes en niños y adolescentes. Quizá por eso, y porque aún no temen al fracaso, las generaciones más jóvenes se han lanzado a probar suerte en el mundo de las startups. ¿La buena noticia? Que cada vez surgen más iniciativas educativas sobre robótica y programación para los más pequeños.

Algunas de las iniciativas surgidas de esas mentes aún tiernas han logrado un éxito que nada tiene que envidiar a los triunfos de sus mayores. Es el caso del español Javier Agüera: con 16 años abrió una tienda de camisetas, después un estudio de videojuegos y, no contento con ello, fundó otras dos empresas. Una de ellas fue la ya disuelta Geeksphone, la primera compañía en fabricar móviles ‘made in Spain’ y la primera europea en lanzar un teléfono con sistema operativo Android.

El arranque de Agüera, sin embargo, no es común a todos los chavales. Por eso existen iniciativas en el ámbito de la educación dedicadas a formar y dar un empujoncito a quienes les cuesta un poco más lanzarse a la piscina. El programa Iniciador Kids, enfocado a chicos de entre ocho y catorce años, forma parte del proyecto de la Fundación Iniciador, una organización sin ánimo de lucro cuyo objetivo es apoyar a los emprendedores.

Los responsables de este proyecto dedicado a los más pequeños organizan talleres, charlas, campamentos y otras actividades para que los jóvenes reciban consejos de profesionales y compartan sus propias experiencias. No lo hacen a través de aburridas clases o ejemplos infantiles, sino que les enseñan casos reales y problemas a los que se enfrentan los emprendedores. Así aprenden a resolver retos, buscar soluciones de forma creativa y asumir el fracaso como parte del camino.

Las iniciativas de este tipo son un reflejo de las concebidas al otro lado del charco. En Silicon Valley hay campamentos para enseñar a los adolescentes a crear su propia empresa, como el que ha lanzado Steve Hsia, un emprendedor taiwanés afincado en la región. Las enseñanzas recibidas en Young Outliers (así se llama el programa) sirvieron a Vish Javvadi, un joven de 14 años, para idear Pawhosts, una plataforma para conectar a dueños de mascotas y sus vecinos para que estos cuiden a los animales durante su ausencia.

Grandes iniciativas como Chiquiemprendedores, el programa educativo creado por Ana Carrau para fomentar las habilidades emprendedoras en los niños o Escuela de Ciencia, el centro educativo para niños especializado en ciencia y tecnología en España son iniciativas pioneras en fomentar el emprendimiento en los más pequeños.

Chiquiemprendedores

El portal Madrid.org ofrece un apartado con la misma misión que los programas presenciales, pero en versión virtual: fomentar la innovación entre los más pequeños, en su caso de entre 10 y 15 años. El Taller de emprendedores, como lo han bautizado, integra la figura del profesor o tutor en las actividades para guiar a los chicos. Les brindan herramientas “para entender mejor cuáles son las características más importantes de un emprendedor” y un test online para que averigüen sus cualidades y los puntos fuertes que le ayudarán a desarrollar un proyecto.

La web va acorde a la corta edad de los usuarios, por lo que cuenta con un cómic y un juego. Las viñetas del primero cuentan historias divertidas y situaciones que viven los emprendedores cuando tienen que superar alguna dificultad. Los jugadores del segundo tienen que relacionar varios personajes famosos con sus descripciones y observar qué aptitudes les han hecho triunfar como emprendedores.

Emprender desde el cole

Otro programa, el de la Fundación Créate, no se limita a talleres y actividades online, sino que lleva la filosofía emprendedora al mismo núcleo de la educación: los colegios e institutos. La propuesta contribuye al cumplimiento de la legislación española. Desde 2013, la Ley de Emprendedores dedica uno de sus apartados a insistir en la importancia de fomentar el espíritu emprendedor en los jóvenes y la LOMCE ha impuesto su obligatoriedad en las aulas. La norma insta a promover la cultura emprendedora no solo en asignaturas específicas dedicadas a este tema, sino también como un pilar transversal a todas las materias.

Como parte de la iniciativa de la fundación, los alumnos de más de una veintena de centros, tanto de dentro como de fuera de Madrid, acuden a distintas escuelas de negocios acompañados por sus profesores. Allí conocen de primera mano las historias de profesionales que trabajan para sacar adelante sus proyectos.

Además, el programa Creamos nuestro proyecto complementa las visitas con trabajo en las aulas: consiste en que los estudiantes dediquen dos sesiones a la semana a concebir y desarrollar sus propias ideas de negocio. Está enfocado a jóvenes de entre 10 y 14 años de los dos últimos cursos de Primaria y los dos primeros de Secundaria.

Como parte de su labor formativa, desde la fundación incentivan el emprendimiento joven a través de certámenes y premios. El pasado mes de junio, la organización y Spain Startup lanzaban el concurso The Next Big Thing en el marco de South Summit Kids, parte del prestigioso evento del mismo nombre. La convocatoria estaba abierta a todos aquellos proyectos creados por chicos entre 10 y 12 años.

Sus responsables anunciaban la idea vencedora en octubre, durante la quinta edición del evento South Summit, celebrada en Madrid. El reconocimiento fue para un equipo de alumnos de sexto curso de Primaria del Trinity College Liceo Serrano de Boadilla del Monte (en Madrid), que se ha llevado el galardón gracias a su proyecto Free Cheap Material, una web en la que puede conseguirse material escolar sin importar los recursos económicos.

Desarrolladores adolescentes

El ejemplo de Agüero no es el único en nuestro país. Cuando los jóvenes David Román y Jorge Izquierdo iban a cuarto de la ESO ya habían comenzado su carrera como desarrolladores. El primero, sevillano, programó un juego para la PSP cuando tenía tan solo 12 años y luego pasó a interesarse por los móviles de Apple. Tres años después, ya tenía dos herramientas de su cosecha en la App Store (iWant, para recordar los regalos que queremos hacer, y Dstudy, para estudiar con dibujos).

El segundo, madrileño, fue el programador español más joven en desarrollar una aplicación para el sistema operativo iOS: lo hacía cuando estudiaba segundo de la ESO, en el tiempo libre que le dejaban sus estudios. Ahora vive en Nueva York y en la lista de herramientas que ha creado figuran uRlate (la primera), A++genda, Mirror Widget y Showy. En 2013 fundó, junto a su amigo Luis Iván Cuende, la ‘startup’ Cardwee.

Cuende es otro emprendedor precoz que ya creaba aplicaciones con tan solo 15 años. También lo hacían Jaime Bravo y Alberto Elías de Ayala, que fundaron la empresa Holalabs en su etapa adolescente.

La edad ha dejado de ser una limitación a la hora de desarrollar ideas. Puede que los más jóvenes no busquen rentabilidad económica con sus proyectos iniciales, pero atreverse y llevar adelante una iniciativa es una buena preparación para los retos futuros. Si las propuestas educativas que promueven el emprendimiento entre los más jóvenes crecen en número y alcance, estos contarán con herramientas útiles para impulsar su carrera emprendedora.

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FOTOS: Lexie Flickinger (Flickr | Licencia Creative Commons 2.0), Fundación Créate y Taller de emprendedores/Madrid.org