Emprender entre gigantes: las series y películas en streaming no son solo cosa de Netflix

Categorías: Análisis

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Desde el 2015, cuando la plataforma aterrizó en nuestro país, Netflix ha conquistado a más de medio millón de usuarios españoles. Es la cifra de suscriptores en nuestro país según los datos que la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia ha publicado en el informe Panel de Hogares, un documento que recoge información sobre las principales plataformas de vídeo bajo demanda (VBD) o, en otras palabras, que ofrecen contenidos a la carta.

Pero además del exitoso gigante, hay otros nombres conocidos en el menú de plataformas que proporcionan películas, series, programas y documentales en streaming: algunos ejemplos son HBO, Hulu, Amazon Prime Video o las españolas Wuaki.tv (ahora rebautizada y propiedad del gigante japonés Rakuten) y Filmin –una iniciativa de las principales productores patrias–, que ya forman parte del vocabulario de cualquier amante del cine y de las producciones tanto hollywoodienses como independientes.

Sin embargo, no todo son grandes firmas en el mundo del vídeo bajo demanda. Cada vez son más las startups de streaming que se abren paso en este nicho del sector del entretenimiento con alternativas la mar de interesantes e innovadoras que, a veces, pueden incluso llegar a ser más seductoras que los catálogos de las webs más populares.

CINE A LA CARTA

Un ejemplo de estas recientes incorporaciones al sector es la startup Fandor, una web nacida en el 2011 en San Francisco que se anunciaba como el “Netflix de las películas independientes”. Como esta definición sugiere, los usuarios pueden disfrutar de los mejores títulos indie incluidos en un catálogo ecléctico que, además de los típicos géneros cinematográficos, permite elegir entre otras subclases como artes marciales, cazatesoros o cine LGTB y añadir filtros como los relativos a su duración.

La plataforma, que ofrece alrededor de 6.000 títulos, monitoriza los intereses de los suscriptores y las películas que ven. Sus responsables tienen en cuenta estos datos para recompensar a los directores. La mitad del dinero ingresado por el servicio de streaming va a parar a un fondo del que se paga cierta cantidad a los cineastas, en función de la cantidad de minutos que los espectadores emplean en sus títulos.

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No obstante, tampoco se aceptan todas las películas, pues hay un filtro para seleccionar las más acordes a la filosofía de la plataforma. Asimismo, han lanzado diferentes iniciativas para acercar el cine a estudiantes y profesores, promocionar los títulos en festivales, contribuir en alguna etapa del proceso de creación y crear una comunidad de amantes del cine que sustentan con noticias y reviews.

Muy similar a Fandor es la plataforma londinense Mubi, también dirigida a los amantes del cine independiente. Sus responsables han designado un equipo de expertos especializados en cine para cada país; se encargan de elegir treinta películas distintas cada mes que estarán disponibles durante 30 días hasta que vuelva a renovarse el catálogo. La empresa se ha aventurado incluso en el mercado asiático.

Otra startup de streaming enfocada al cine independiente e internacional es la londinense FilmDoo, lanzada durante el Festival de Cannes de 2015 y finalista del programa de la aceleradora MassChallenge. Esta empresa apuesta fuerte por el cine asiático y africano. A principios de este año sumó a su catálogo un buen número de películas japonesas, coreanas, tailandesas y procedentes de otros países orientales en colaboración con distintas productoras.

Aunque también está lejos de la corriente más comercial, la filosofía de la startup de streaming británica Colony es bastante diferente a la de su compatriota: aunque ofrece un más que aceptable catálogo de películas, se centra en documentales, extras y material audiovisual complementario que hará las delicias de cualquier fan de clásicos como Star Trek.

Así, la plataforma aglomera desde imágenes fuera de escena a making ofs y escenas cortadas de las producciones, pasando por guiones, llevando el concepto de edición especial de un título a internet. Su fundadora, la productora Sarah Tierney, no se estrenó en el mundo del vídeo en internet con su lanzamiento en 2012. Antes había sido la directora de contenidos en la plataforma de vídeos educativos Twig.

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Pero si hay una web que realmente ofrezca un catálogo único es la startup de streaming gala Outbuster. La singularidad de algunos de sus títulos se debe a que ni siquiera se han estrenado en los cines. Sus responsables tratan de descubrir a los más cinéfilos aquellos títulos más recónditos recomendados por comunidades minoritarias que no han logrado llegar a los canales de difusión habituales.

La plataforma gratuita australiana Kanopy, por su parte, tampoco está dirigida a todos los públicos, aunque tampoco a los más especializados: en este caso, la audiencia objetivo son los estudiantes de universidad de miles de campus alrededor del mundo.  La web, que actualmente alberga más de 15.000 películas, nació en el 2008. Al principio se dedicaban a vender películas y documentales en DVD a las bibliotecas de las facultades australianas, hasta que llevaron sus servicios a internet y se expandieron a países como Estados Unidos y Reino Unido.

Aunque algunas startups de streaming, como TubiTV, ofrecen un catálogo más convencional, muchas de ellas intentan sacar partido de nichos más reducidos donde no llegan sus primas mayores. Por citar algunos ejemplos, Spuul ofrece una buena colección de películas de Bollywood, TribecaShortList solo ofrece títulos seleccionados por expertos de la industria cinematográfica o MoviePigs, que se decanta por producciones árabes.

TAMBIÉN HAY SITIO PARA EL DEPORTE

Al igual que las películas y series hace tiempo que dejaron de ser productos únicamente televisivos para estar accesibles a través de internet, los deportes también se han hecho un hueco en la red de redes. Buena prueba de ello es la startup de streaming andaluza Footters, fundada por dos profesionales del balompié: el exjugador Julio Fariñas y el exdelegado de la Real Federación Andaluza de Fútbol José Miguel Sánchez.

Footters

Lejos de dar visibilidad a los equipos ya populares que protagonizan titulares y noticias en los medios, esta plataforma sirve de escaparate a equipos de fútbol base y ligas menores para que puedan colgar sus partidos o emitirlos en directo. Sus responsables quieren contribuir con su iniciativa a la democratización del mundo del fútbol, para que no solo los más adinerados tengan difusión.

Y, aparte de los juegos más tradicionales, internet es el canal de emisión por excelencia de otro tipo de deporte, los eSports. Más allá de la conocida plataforma Twitch, la startup de vídeo en streaming Sliver.tv ofrece un amplio catálogo de títulos, tanto para jugar como para ver partidas en directo o diferido, entre los que se encuentran los populares Counter-Strike: Global Offensive y League of Legends.

La empresa, que acaba de anunciar una ronda de 9,8 millones de dólares (algo más de 8 millones de euros) en la que han participado los brazos inversores de Samsung y Sony, entre otros, apuesta por la realidad virtual y los vídeos en 360 ° para marcar la diferencia ante sus competidores.

UN ESCAPARATE AL ALCANCE DE TODOS

Si las anteriores plataformas seleccionan su catálogo u ofrecen el de terceros en un ámbito tan concreto como es el deporte, otras startups brindan herramientas y un escaparate para que empresas y particulares creen sus propios vídeos para difundirlos en streaming. Es el caso de uStudio –una plataforma destinada al mundo corporativo– o la plataforma de vídeo alemana Alugha, que permite a sus usuarios publicar contenidos multilingües.

En este grupo se incluye también Cleeng, una plataforma holandesa donde las empresas pueden monetizar sus vídeos, principalmente a través de un sistema de pago por visualización. El servicio resulta útil también en el caso de eventos deportivos, conferencias o espectáculos.

Estos son algunos ejemplos de startups que se han lanzado al mundo del streaming sin miedo a los gigantes que reinan en este terreno, aportando nuevas alternativas para evitar competir directamente con las grandes plataformas más generalistas.

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Fotos: Unsplash.

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