¿Tienes una startup ‘uberizada’? Esto es lo que puedes hacer para no incumplir la ley

Categorías: Startups

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Uber no sólo es una de las empresas tecnológicas de mayor valoración del mundo, sino que también se ha ganado el mérito –o demérito, según quién opine– de acuñar un término muy frecuente a día de hoy: la uberización del empleo.

¿Qué es la uberización del empleo? Muy grosso modo, consta de tres grandes patas:

1.- Liberalización de ciertas profesiones.

2.- Popularización del empleado por cuenta ajena que, en vez de tener un trabajo de ocho horas, acumula una serie de pequeños trabajos.

3.- En ocasiones, esto implica también una desregulación –sea positiva o negativa– de ciertos sectores profesionales, que eliminan sus posibles barreras de entrada.

Bajo este paraguas, en los últimos años han surgido un sinfín de startups que basan su actividad en empleo uberizado: conductores/chóferes ocasionales, repartidores, cuidadores de mascotas, ‘manitas’ para todo tipo de chapuzas domésticas, profesores, etc.

Si te mueves en el sector digital, seguro que conoces empresas de este tipo. De hecho, si eres emprendedor, incluso es probable que tengas una. Pero, como ya sabes, en ocasiones este tipo de compañías suelen chocar con la ley en función del país en el que residan y la legislación que exista.

Si este es tu caso y temes que tu startup pueda no estar del todo ajustada a la ley, aquí van tres cosas que puedes hacer:

1.- ¿Marketplace o empresa del sector?

Esta es la pregunta que en los últimos años ha surgido, sobre todo, en torno a todas las startups de transporte con chófer. Uber, Cabify, mytaxi… ¿son empresas de transporte? ¿Son marketplaces? ¿Son meros intermediarios tecnológicos?

Échale un ojo profundo a tu empresa: ¿qué es exactamente? Si tienes un portal de contratación de chapuzas, conductores o limpiadores, quizá puedas ser considerada una empresa de dichos sectores de cara a la ley. En ese caso, deberás ajustarte a las condiciones que marque la legislación del país o incluso de la Comunidad Autónoma en la que estés actuando. Esto implicará más regulación y, sí, más dinero. Tenlo en cuenta si no quieres llevarte algún dolor de cabeza.

En caso de que tengas un marketplace, habrá dudas. Habrá quien piense que eres un mero intermediario tecnológico, pero también quien considere que, en realidad, eres una empresa del sector como otra cualquiera. Sobre todo, si las condiciones del servicio no las ponen los proveedores de los servicios, sino tu propia empresa.

¿Hay alguna forma de que no quepa duda de tu legalidad? Quizá si eres un marketplace. Es decir, que seas un mero portal cuya vinculación laboral con los profesionales sea claramente inexistente. En los tiempos en los que estamos, determinar este punto no será tan fácil. Tendrás que asumir, por tanto, que defender tu legalidad será parte del trabajo diario de tu startup.

2.- Asesora a tus nuevos autónomos

Imaginemos que has estado pensando y tienes medianamente claro que no eres un simple intermediario tecnológico, sino que, más allá de la posible disrupción, en realidad tu startup es una compañía más dentro del sector que estás tratando (transporte, limpieza…). O, incluso aunque no lo creas, pongamos que, para evitar todo tipo de conflictos legales, quieres asegurarte de que los proveedores que pasan por tu web no van a tener problemas.

En ese caso, ya lo imaginarás, dichos proveedores/usuarios deberán ser autónomos. Si prefieres pasar esto por alto, es tu decisión e incluso es probable que la responsabilidad no sea tuya –sino del proveedor en cuestión–, pero ya te adelantamos que te traerá más de un dolor de cabeza, con lo que quizá te convenga afrontar el asunto.

Si tenemos en cuenta que muchos ciudadanos en paro, ante un trabajo como el que pueden conseguir con tu servicio, no quieren darse de alta como autónomos porque no les sale rentable, quizá te convenga asesorarles: indicarles las tarifas que tienen que pagar, si pueden optar a algún tipo de descuento o desgravación, etc. Piensa que a algunos sí les convendrá regularizar su situación y quizá (sólo quizá) no lo estén haciendo porque simplemente no han sacado la calculadora.

3.- Organízalos tú mismo

Vayamos a un ejemplo claro: has analizado a tu empresa y te parece evidente que tus proveedores deben ser autónomos sí o sí. Sin embargo, si se encargan de hacer pequeñas tareas que sólo les darán un pequeño sobresueldo, seguramente no quieran regularizar esos ingresos.

Si quieres que tus usuarios sean legales y que a tu startup no le duela la cabeza ante posibles denuncias, ¿por qué no te encargas tú mismo de organizarlos? Al fin y al cabo, las cooperativas de autónomos llevan décadas funcionando para este tipo de perfiles. Si ves que tus usuarios deben ser autónomos pero será difícil que quieran perder tiempo en organizarse, ¿por qué no se lo pones tú más fácil? Piensa que este siempre será un valor añadido que ofrezca tu startup frente a otras.

Imagen: Ryan McGuire (Licencia CC).

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