Cinco frases que los emprendedores odian oír a los inversores (aunque sean ciertas)
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¿Eres inversor? En ese caso, seguro que cada poco tiempo se te acercan todo tipo de emprendedores a enseñarte su startup o, simplemente, a contarte su idea.
Todo con buenas palabras, qué duda cabe, y con una educación y excelencia exquisitas. Y es que, aunque cada vez haya más opciones de financiación (“Antes los inversores elegíamos a los emprendedores, y ahora es al revés”, dice Luis Cabiedes), lo cierto es que, en una conversación de este tipo, eres tú el que sigue teniendo la sartén por el mango.
Cabiedes and Partners
Por ello, casi da igual lo que digas: si el emprendedor es mínimamente inteligente y educado (cosa que no siempre ocurre), no cuestionará ninguna de las posibles críticas que puedas hacer sobre su proyecto. Sin embargo, eso no quiere decir que entienda o comparta tus formas, ni mucho menos.
Hace un par de meses me dio por hacer un sondeo anónimo y nada riguroso entre cerca de diez emprendedores digitales españoles. Mi pregunta era la siguiente: “¿Qué frase odias oír a un inversor, incluso aunque lleve razón?”. La cuestión no era analizar posibles equivocaciones de inversores, sino, sobre todo, detectar la falta de empatía que a veces pueden tener con los emprendedores.
Las respuestas, de manera sintetizada, fueron las siguientes:
1.- “Eso no va a funcionar”
Seguramente, la frase más odiada. No es que al emprendedor le moleste (demasiado) que pienses que su proyecto no va a funcionar; lo que le molesta es que se lo digas de esa manera tan brusca y aparentemente poco empática. Sí, ya sé que ser crudo es parte de tu personalidad y crees que ser honesto es mejor que regalarle los oídos a nadie, pero no confundas ser sincero con ser desagradable.
En serio, al emprendedor no le sienta bien, aunque no te diga nada. Además, como te equivoques… en fin, ya sabes.
2.- “Estás sobrevalorando tu empresa”
En unos tiempos en los que todos debatimos si hay burbuja tecnológica o si no la hay, parece que estamos de acuerdo en algo: en caso de haber burbuja, sería en cuanto a las valoraciones, ya que la proliferación de nuevos fondos de inversión y business angels está haciendo que los emprendedores tengan mayor oferta y puedan hacer rondas de financiación más elevadas.
Sin embargo, oye, ¿no puede ser (pregunto, ojo) que quizá estés pecando de corporativista por el hecho de que ahora tienes que ‘competir’ con más gente? Vale, comparto contigo que seguramente haya una burbuja de valoraciones, pero al final, ¿cómo se decide cuánto vale una empresa?
Yo me quedo con la frase de Rodolfo Carpintier [dicha en 2012]:
“Cuando quieres comprar una casa en la Castellana y te dicen que vale 10 millones, ¿está sobrevalorada o no? Depende de si hay alguien que esté dispuesto a pagar los 10 millones o no”.
Rodolfo Carpintier
3.- “Es que ya tenéis mucha competencia”
Bueno, lo cierto es que esta frase puede tener muchas interpretaciones y posibles respuestas. Pero, en líneas generales, ¿no habíamos quedado todos en que tener competencia es bueno? ¿No decíamos que si nadie está haciendo lo que tú, quizá es que no hay mercado?
Vale, entiendo que todo esto puede tener excepciones: puede que realmente creas que hay demasiada competencia, o que la poca que hay es enorme e inaccesible… Incluso puede que pienses que podría haber un hueco, pero que ese emprendedor en cuestión no va a ser capaz de ejecutar como es debido. En ese caso, sé franco y díselo al emprendedor. Pero recuerda lo de antes: ser honesto no significa ser desagradable.
4.- “¿Cómo me demuestras que tus previsiones son reales?”
Ya te lo digo yo: de ninguna manera. Prácticamente no hay forma de demostrar que unas previsiones sean reales. Precisamente por eso, porque son previsiones.
Como decía Carlos Blanco:
Y podemos tomarnos esa frase tanto para bien como para mal. Porque un emprendedor puede inventarse la Biblia en las previsiones de su startup, pero, ¿quién no juega a hacerlo en mayor o menor medida? Si inviertes en internet, sabes mejor que yo que el nivel de riesgo es muy elevado, y que las previsiones de un Excel pueden saltar por los aires y derrumbarse o, por el contrario, dispararse y acabar siendo mucho mejores.
5.- “Si tú no metes dinero, yo tampoco”
Esta frase la he oído mucho, y lo cierto es que puedo llegar a entenderla. Si decides poner parte de tu dinero en una startup, lo ideal sería que el propio emprendedor también sacrificase parte de su patrimonio a la hora de abrir la cartera. Al fin y al cabo, qué mejor manera de demostrar que confía en su proyecto tanto como quiere que confíes tú, ¿no?
Sin embargo, a veces tenemos que procurar ser más empáticos y no dar por hecho que todo el mundo tiene una situación económica ni idéntica ni medianamente similar a la nuestra. Haciendo un recuento rápido, se me vienen a la cabeza 2-3 empresas cuyos fundadores no tenían suficientes ahorros como para hacer un gran desembolso y, sin embargo, sus compañías fueron bastante bien y acabaron siendo escalables.
Entendemos que, como inversor, quieres que el emprendedor se moje contigo. Y entendemos que si no tiene dinero quizá vas a pensar que es un mal gestor. Pero hazle un favor al emprendedor y concédete la posibilidad de evaluar si a lo mejor es un gestor excelente, pero sus condiciones personales y familiares le han llevado a no tener 30.000 euros a mano, precisamente.
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